STANLEY FORMAN (1976). Fotografías que cambiaron el mundo.



Hace tiempo comentamos una instantánea que había ganado el premio Pulitzer de fotografía, y la historia del fotógrafo que la captó. Creo que las fotografías reflejan y nos enseñan a ver el mundo de otra manera, a descubrir secretos y enigmas que se esconden detrás de la superficie donde vivimos, a raspar la capa de pintura y ver la pared que se esconde detrás, así que he pensado que sería interesante seguir con una sección de fotografías que de alguna manera han ayudado a cambiar el mundo, o a descubrir instantes que cambiaron la vida de los que las vivieron. La mayoría van a ser imágenes duras, lo aviso de antemano, porque para cambiar el mundo vale más una imagen que mil palabras me he atrevido a presentároslas, esperando que nos ayuden a cambiarnos también a nosotros mismos.
 La fotografía que hoy os acerco ganó el premio Pulitzer en 1976. Su autor, STANLEY J. FORMAN, trabajaba en el BOSTON HERALD cuando escuchó en la emisora de la policía el aviso de un incendio en un bloque de edificios de la calle Marlborough, (Boston, Massachusetts). Forman, sin pensárselo dos veces, cogió su cámara y se dirigió al lugar. Atravesó la ciudad lo más rápido que pudo, llegando al sitio justo en el momento de descubrir como las llamas devoraban un bloque de edificios, cuyas raíces parecían crujir bajo las llamas. En ese momento empezaron a escuchar el grito desgarrador de unas mujeres que, en la parte de atrás del mismo, gritaban pidiendo auxilio. Hacia allí se dirigieron todos para descubrir a una joven y una niña que se habían refugiado en la escalera de incendios del edificio y que gritaban despavoridas presas de un pánico atroz, el fuego las rodeaba y no sabían qué hacer. Los bomberos acercaron un camión y desplegaron sus escaleras por donde uno de los bomberos comenzó a escalar hacia ellas, parecía que lo iba a conseguir, apenas le quedaba un metro para alcanzarlas cuando la escalera donde se encontraban, quebrantada su estructura por el calor de las llamas, cedió bajo el peso de las mujeres.
 Diana Bryant, una joven que acababa de ser madre, fue la primera en caer, la niña Tiare Jones vino a caer sobre su cuerpo y eso amortigüó el golpe, logrando sobrevivir a esa mañana de infierno, aunque nunca podría olvidarla. Los servicios médicos sólo pudieron certificar la muerte de Diana Bryant.
 El bombero confesó poco después que incluso creyó que la podría coger, ya estaba allí, que casi les había agarrado la ropa, pero que cuando estaba empezando la maniobra para subirlas la escalera cedió y las vio caer al vacío...
 Esta fotografía tuvo tal impactó en la población que poco después las autoridades federales aprobaron una serie de leyes que endurecieron las normas de seguridad contra incendios de los edificios.
 Forman comentó poco después que disparó la fotografía y tuvo que volverse rápidamente para no ver el impacto de las jóvenes sobre el suelo... aunque seguro que el golpe seco que escuchó le sigue acompañando cada día. 

Aquí os presento una fotografía que no tuvo tanto impactó como la primera, probablemente porque es la fotografía de la impotencia, del horror del instante previo, del momento que pudo ser... y no fue.


Comentarios

Entradas populares de este blog

El misterio de Miguel Mañara

YASUSHI NAGAO (1960). Ideología y muerte.