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Mostrando entradas de septiembre, 2008

Paul ...

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Sin duda las luces se apagan al final del rodaje, y cuando lo hacen sólo nos vale el recuerdo y claro, la eternidad. Desde aquí mi humilde y sentido adiós para Paul Newman y Pedro Masó. Mal año éste para el cine, para el buen cine de siempre, a Charlton Heston se unen ahora estos dos grandes hombres del séptimo arte, aún recuerdo las películas que de alguna manera marcaron las tardes de Navidad de mi infancia: "El Cid", "Ben Hur", "Dos hombres y un destino", "El Golpe", "La gran familia", "La familia y uno más", ya no se hacen películas así. Y en el caso de Newman además de una gran estrella del celuloide se nos va una gran persona que nos deja un alo de bondad y galantería. Sin duda, y como nos han recordado estos días, el actor y director quedó marcado por la muerte de su hijo y desde entonces se dedicó a ayudar a los jóvenes con problemas y a las personas más desfavorecidas. Allá donde esteis seguro que os han puesto un

La sombra de los días

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Hay autores que deberían existir para siempre, como las estrellas en el cielo, que noche tras noche nos acompañan, mientras dormimos están ahí, están ahí cuando acunamos a nuestros retoños y siguen ahí cuando nos acostamos cansados del día eterno tan corto... y aunque no pensemos en ellas, nos acompañan durante el día, cuando paseamos, o estamos con los amigos, o cuando se va alguno o cuando vuelve... Sinceramente pienso que hay escritores que deberían permanecer siempre ahí, como los recuerdos agradables. Pero los escritores sólo saben hacer eso, escribir, y cuando ya no pueden, cuando la pluma, el bolígrafo o el ordenador les pesa demasiado, cuando las ideas se aturullan o los recuerdos se pierden, cuando el aroma de las flores deja pasar a la humedad de las esquinas, entonces les da por publicar libros de su primera juventud que nunca habían visto la luz (por algo sería), o escritos periodísticos ya amarillos, o antologías de relatos seleccionados por un amigo o por alguien que ni

Los secretos de Estado (la muerte de Kennedy)

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No recuerdo cuando, eso sí, fue en verano, lo se porque hacía mucho calor, era uno de esos días que no apetece salir a la calle, sino quedarte en un lugar fresco, escuchar algún disco de música relajante y leer un buen libro, y exactamente eso fue lo que hice. Y escogí para ello uno de esos que tenemos reservados para un buen momento, de esos que nos apetece tanto leer que nos da miedo hacerlo. Pensé que había llegado el día de romper el embrujo de uno de esos libros... pero lo verdaderamente singular no es el hecho en sí, sino que a partir de ese momento la historia que narraba se ha convertido en una historia recurrente en mis sueños, que siempre me ha removido la conciencia, y tal vez el misterio que esconde me embriaga hasta lo más profundo, ya que hablamos de un magnicidio, de los hechos que antecedieron a ese día y que provocaron ese suceso, hablamos sin duda de un momento crucial que probablemente cambió el mundo, ya que sin duda podemos afirmar que hubo un antes y un despué