ELUANA...

Sin duda estos días Europa se ha visto sacudido por el caso de Eluana, su vida pero sobre todo su muerte, han sido portadas en todos los periódicos, y para más inri incluso se ha convertido en tema de Estado en Italia.
Sin duda que están aburridos los italianos, como no tienen bastante con la camorra, con las basuras de Nápoles, con la economía por los suelos, con la contaminación ambiental que está destruyendo sus monumentos de piedra, con la xenofobia del Estado que pretende hacer delincuentes a todos los inmigrantes y perseguir a todos los gitanos, con una juventud cada vez más violenta e irracional, como no tienen suficiente con todo ésto ahora hacen cuestión de Estado la vida y la muerte de una mujer que lleva 17 años en coma y sin posibilidad de recuperarse.
Tal vez deberíamos de enfrentarnos de una vez por todos a nuestros miedos, darle una patada a nuestras pesadillas, a ese vacío que la muerte nos provoca en Occidente e ir un poco más lejos, ir a la vida digna.
A mi se me hace muy dificil entender a una persona que prefiere morir a seguir viviendo, aunque sea un día más, ver salir el Sol por la ventana, oir los pájaros, escuchar el mar... pero la verdad es que tampoco puedo entender como sería la vida sin la posibilidad de caminar, de escribir, de coger a mis hijos, de saltar detrás de ellos cuando jugamos en el parque... no podría entender la vida sin vivir.
Indudablemente nadie puede decidir sin más sobre la vida de los demás, y menos personas que se denominan a sí mismas creyentes, religiosas, católicas, porque si una cosa propugna la religión, o al menos como a mí me la enseñaron mis padres, es el de la libertad de elegir, que por algo vino Jesús hecho hombre y se dejó matar por nosotros, por liberarnos de la carga del pecado original, y que así partieramos de cero y decidieramos por nosotros mismos nuestra vida, y por supuesto, aunque no lo expresara así pero lo comprensible es que también pudieramos decidir por nosotros mismos como debería ser nuestra muerte, sobre todo cuando ya no podemos vivir líbremente.
Vivir-morir, símplemente son los dos cabos de una cuerda, algunos dirían que de una soga que nos mantiene atados entre un extremo y otro. Alquien dijo una vez que lo único que tenía el Ser Humano cuando nacía era el hecho incontestable de que en algún momento iba a morir, más tarde o más temprano, pero al final todos terminamos en el mismo sitio.
Ahora bien, la vida, ese bien tan preciado, hasta que punto es privativo de cada uno y hasta que punto es una cuestión de Estado, sobre todo en el caso que nos ocupa, cuando la persona ya no tiene conciencia, cuando se encuentra en coma irreversible desde hace ya más de 17 años, debemos de mantenerla atada a la máquina que la mantiene en vida otros 17 años, debe estar ahí apartada, en un rincón oscuro, mientras caen a su alrededor las hojas del calendario...
No me siento en condiciones de dar una respuesta universal para todos los casos, sin duda creo que debería ser una cuestión personal, de cada uno, no apoyo el suicidio, pero mantener una vida así, sin solución, sólo provocando dolor y frustración a su alrededor cuando se sabe que no hay posibilidades para ella también es un poco inhumano.
Y por otro lado la Iglesia, sinceramente hace tiempo que perdieron el rumbo, han tenido oportunidades de subirse a un tren más rápido, sobre todo con el último Conclave, y creo que lo han dejado escapar, han preferido mantenerse ahí, encerrados en su cueva, viendo sombras. Y ni siquiera aceptan el preservativo, esa es otra...
En fín, ahí queda mi reflexión. Gracias a Dios (o tal vez, según dicen algunos, a pesar de él) Eluana murió en paz hace unos días, pero quedan muchos/as Eluanas en el mundo, y alquien debería atreverse a dar el primer paso (bueno, los Suizos ya lo dieron) y plantearse que no hay que justificar la vida a pesar de todo, y que la muerte digna también debería se parte de nuestra existencia.
No quiero que me entiendan mal, no tomo partido, sólo reflexiono en voz alta...

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