Asia Bibi


  Esta es la historia de una mujer condenada a muerte por blasfema en Paquistán, ya sólo por eso habría que pelear con uñas y dientes para conseguir abolir, ya no sólo esa sentencia, sino todas las sentencias similares que ocurren en el mundo casi a diario, pero lo que aún hace más dolorosa esta historia es el motivo de dicha condena: 

  Al parecer ésta mujer, de una familia muy humilde con cinco niños pequeños y un marido campesino, vive en un pueblo perdido del Paquistán más profundo. Mujer rudimentaria, sin educación ni cultura, pero para su desgracia y perdición, cristiana en un país islámico, y cada vez más intransigente. Lo que ocurrió es que un día, caluroso como muchos de los días de aquel desierto, la mujer fue a lavar la ropa junto con varias de sus vecinas a un lavadero cercano, a media mañana el calor parecía que la iba a axfisiar y se le ocurrió beber agua del mismo vaso que sus vecinas, islámicas ellas, y en qué mal momento, ya que inmediatamente la empezaron a increpar y la acusaron de haber envenenado el agua al apoyar sus labios impuros en el mismo vaso donde bebían las demás mujeres, así que ésta mujer cristiana, ignorante, trabajadora, con el cuerpo empapado de sudor y rabia y harta de soportar las injurias de sus vecinas, de sus humillaciones, de estar constantemente soportando la ignominia, el vacío social, les dijo a aquellas mujeres que no creía que Mahoma estuviera de acuerdo con lo que le estaban diciendo, y aquello fue su perdición, por que la acusaron de, siendo cristiana, haber utilizado el nombre del profeta (pero como muchos han alegado después, en el Corán no pone en ningún lugar que un cristiano no pueda utilizar el nombre del profeta, pero eso ya daba igual, el mal estaba hecho).
   Tras la acusación vino el juicio, donde la acusaban de blasfemia y fue condenada a muerte, y desde entonces vive esperando en una prisión que se haga efectiva su condena.
   Y se convirtió en emblema de los perseguidos. Tanto que el Ministro de las Minorías de Paquistan, Shahbaz Bhatti, cristiano, salió en su defensa, pero debido a la situación tan conflictiva que se respira en aquel país, poco después fue asesinado en un atentado que muchos relacionan con éste caso y recientemente ha ocurrido lo mismo con el Gobernador de la región del Punjab, que también ha sido asesinado a pesar de ser musulmán. Ahora, quien ha tomado el relevo de defensor de Asia es el hermano del Ministro asesinado, pero por el miedo a las represalias no hace declaraciones públicas.
   Lo que al parecer le ha hecho más daño a Asia fue que el Papa Benedicto XVI tomara partido en  defensa de ésta mujer, ya que en el país ha surgido un rechazo frontal a su participación, argumentando que por qué el representante del Cristianismo va a regir los designios de Paquistán, un país musulmán, así que los grupos fanáticos han tomado partido en el asunto, exigiendo que se de curso a la sentencia.
   Así que tal vez estamos viviendo el resurgir de una guerra silenciosa de religión, otra vez los fanatismos están tomando las calles, otra vez la intransigencia. Y la familia de Asia Bibi ha tenido que irse del pueblo huyendo de las represalias... y Bibi sigue en la cárcel esperando, con un grito ahogado en la garganta, que alguien la escuche y que la comunidad internacional exija su libertad.

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