Nadie tiene la culpa

Siempre que ocurre una catástrofe no se como se la apañan pero al final nadie parece tener la culpa, unos achacan a otros su falta de competencia, la falta de control, pero en verdad lo que falta es una ley global (ahora es cuando vendría bien la tan cacareada Globalización) que controlara éste tipo de barbaridades. Ah, que no sabeis de qué hablo, pues hablo de la torre petrolífera de BP que se ha hundido en el Golfo de México. No es la catástrofe en sí lo que nos debería preocupar, yo creo que lo que de verdad nos debería preocupar, no, preocupar no, alarmar es la gran incontrolabilidad del asunto, que nadie sepa qué hacer, osea, si contamos las torres petrolíferas que existen en el mundo y nos planteamos la dificultad que entraña su control y explotación, nos daremos cuenta que lo que está ocurriendo actualmente con ésta torre se veía venir, por eso presionaron a la Administración Bush para protegerse las espaldas en el caso de que ocurriera una catástrofe como la que nos asola éstos días. Ahora, llamadas a consulta por las autoridades Estadounidenses, las firmas que ejercían el control, la explotación y obtenían los suculentos beneficios del uso de esta torre se desligan de cualquier tipo de responsabilidad, grandes consorcios y bufetes de abogados ya están presionando (ahora bien, el cómo lo harán nunca lo sabremos, pero vamos, visto lo visto, seguro que los vendedores de maletines se están haciendo de oro) para que la sanción quede en lo máximo estipulado actualmente: 75 millones de dolares, esto es unos 58 millones de euros (vamos, calderilla para estos tipos), y ningún otro tipo de sanción, y ahora que les expliquen a los pescadores, a todas las personas que viven en esas costas, al daño medioambiental y a las repercusiones mundiales que todo ésto va a provocar, quien se lo explicará a nuestros hijos cuando todo se haya extinguido. No, el miedo y la preocupación no es por lo que está ocurriendo con este pozo petrolífero, mi verdadero miedo es por lo que le estamos haciendo a nuestro mundo, a los terremotos que no cesan de asolar nuestro planeta, a los volcanes que no dejan de llenar nuestro cielo con nubes de ceniza, a los tsunamis que hunden nuestras islas, al Cambio Climático, a la desertización, a que nadie haga nada, a no dejar a nuestros hijos sino el esqueleto de nuestro mundo.

Comentarios

Francisco Ortiz ha dicho que…
Un esqueleto para escarnio de nuestra profunda imbecilidad, di que sí.

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